Otro clásico invernal: los tejidos de cuadros escoceses. Hay infinidad de ellos, en muchos colores, diseños y en muchas bases de tejido distintas. Los podemos ver en nuestra ropa como en bufandas, jerséis, faldas, en manteles de mesa, en mantas. Para nosotros es algo común y lo elegimos por razones estéticas o por gusto, pero en otro tiempo los diseños tenían un significado muy especial: era el blasón familiar.
El tartán es un tipo de tejido con dibujo de cuadros y líneas estampadas de anchos y colores diferentes. Su origen se remonta al menos al 1500 a.C, fecha en que se datan las Momias de Ürümchi, encontradas en un sorprendente estado de conservación en la región de Xinjiang, en la China occidental, y vestidas con mantones en tartan de lana de varios colores. Son los cuerpos de un grupo de indoeuropeos caucásicos que emigraron por la llamada “Ruta de la Seda” desde Europa a Asia Central. Existen muchas muestras posteriores, pero su auge y para muchos su entrada real en la historia es en el siglo XVIII, cuando los clanes o familias escocesas empezaron a adoptar cada una su diseño en tartan a modo de identificación heráldica.
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