Lo que llamamos cuero no es más que el nombre común para las pieles tratadas. Sus características dependerán de los procesos a los que los curtidores las sometan y del animal del que provengan. La mayoría de piel que consumimos proviene de las vacas, debido a su gran tamaño, su fácil disponibilidad y la buena calidad de su piel. Sin embargo, dependiendo del uso, también puede provenir de cerdos, ovejas, ciervos, caballos o canguros entre otros.
La calidad de la piel viene determinada también por su grosor y por las capas que se trabajan y curten en cada caso.
An English translation below if you click ” Sigue leyendo”